La
misma postal repetida de un disparo de imágenes en ráfaga, ciento un
fotografías similares pero no iguales, mostrando el sol, el atardecer, las
sombras que aparecen, las luces que despiertan, los autos que van, los que
regresan, quizás los mismos en sentidos distintos, dejando un halo resplandeciente
en cada toma. La mesa en el fondo con los vasos subiendo y bajando,
intermitentes, vaciando su contenido, mostrándose paralelos, aburridos, a punto
de acabar. La nuestra, sola, vacía, casi, sino fuera porque aun permanezco
esperando, como siempre, esperando un mozo lento y una compañía demorada, un
encuentro esperado, una imagen casi repetida, como las fotos que se muestran
tras el lente, como la figurita elegida del álbum, como la canción que se toca
una y otra vez en el corazón.
Detrás
de la postal, quedan fotografías guardadas, recuerdos arrumados ya no en una
caja de zapatos sino en una memoria virtual, casi efímera. Son recuerdos átonos,
sin expresión, sin letras que los circunden. Son palabras combinadas, cruzadas,
palabras raras, parecidas a las que aparecen en el crucigrama del diario de hoy,
del día anterior y de todos los demás que se quedaron inconclusos por falta de
café.
Siempre
espera una sola ser pronunciada pero no escrita para completar el cuadro, para
que horizontal y verticalmente encajemos. Sueños de la misma realidad. Preguntas
del corazón con respuestas que no quieres oír, tampoco pronunciar, menos escribir
y jamás firmarlas tras una decisión.
Amor
en sepia. Amor como respuesta, color de antaño que se queda en el rincón de una
fotografía sin matiz, sin distinguir el día de la noche, el sí del no, como un referéndum
de vida, como los sueños de esta noche que se esfumarán al salir el sol.
Actitudes
al amanecer, tu belleza antes que el sol emerja puede ser cualquiera; la
penumbra dibuja todo lo que la mente desea porque los ojos siguen ciegos a
cualquier visión. Después que las estrellas palidecen, no queda ningún reflejo
para observar, no quedan más que recuerdos de un rostro juvenil, de ojos brillantes,
labios sedientos y cabellos al viento. Son sólo recuerdos de la mañana
siguiente, la impresión de la noche siguiente que se guardó en la memoria, sin
ser real, solamente un arreglo del photoshop
del imaginario, para que no existan imperfecciones entre nosotros, para que el
recuerdo perdure como un pudo haber sido, después de todo siempre existirán lugares
para ir y volver, como los autos que pasaron y volverán la próxima tarde. Siempre
habrá momentos para estar y olvidar, como los que se viven hoy y se añoran
volver a vivir mañana. Siempre existirá una frase inconclusa, un gesto
incompleto, una palabra con ausencia de letras en un crucigrama cualquiera que
necesita dos manos para ser llenado, tú horizontal y yo vertical, nosotros en
una letra común, en un café para dos al que siempre volveremos, porque aun al
atardecer, siempre es mejor hacerlo juntos, siempre es better when we´re together.
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