Parada frente a esta temerosa orilla pienso en ti, en las idas y vueltas, o peor aún, en la cercanía y lejanía con que te mueves desde que nos conocimos.
He disfrutado de tus risas y tus
besos, aquellos que a la distancia me acompañan desde el amanecer. Tuve que
esperar un tiempo para disfrutar más de tí, más tarde y más temprano, y ahora,
cuando estás ahí 24 horas mi insomnio me juega una mala pasada y se va.
He guardado en un lugar secreto mi
emoción cuando me tomabas de la mano, valía cualquier excusa para que te
pararas detrás de mí para ver alguna escena retratada... y el tiempo corría, y
parecía como si aquella escena tuviera tal cantidad de detalles que el tiempo
cerca era insuficiente, y te quedabas allí hasta que seguir haciéndolo se
volvía irracional.
Hemos intercambiado miradas, he tratado se conocer lo que guardas tan celosamente y he querido que lo descubre en mí, pero no lo he logrado, será mi miedo, será mi timidez, o será simplemente que no sientes lo mismo que yo.
Hemos intercambiado miradas, he tratado se conocer lo que guardas tan celosamente y he querido que lo descubre en mí, pero no lo he logrado, será mi miedo, será mi timidez, o será simplemente que no sientes lo mismo que yo.
Al creerlo quise apartarme, denuncie
mi intención de alejarme, en ingles "time to go" y como si
presintieras mi partida me dijiste "no hay nada que un cine no pueda
mejorar"; y entonces nuevamente volví, pero con el mismo miedo de lo
desconocido, como viviendo con el temor de que esa mirada no guarde nada para
mí, sin generar expectativas que en algún momento puedan verse no cubiertas y
me cause dolor.
Debo confesar que por momentos pierdo
el control, alguna imagen de nosotros juntos, y más precisamente un beso, es la
que me asalta como un llamado de atención… y tiemblo, más que la fe me gana la
razón, por qué creer en algo que no ha nacido de tu boca, o por qué no hacer
que nazca de la mía.
Tengo miedo, lo sé, también sé que no
estoy lista para un no. Sé que vive algo en mí listo para ti, pero le soy
indiferente, no quiero conocer su grandeza, no quiero saber cuánto te quiero,
no puedo entender hasta ahora tu mirada, y no sé hasta cuándo pueda esperar.
Por qué no animas a tu boca a que me declare lo que parecen decir
aquellos ojos, por qué no reemplazas los besos virtuales por uno de verdad? He
soñado con mi partida, he soñado con un adiós, esas son algunas razones por las
cuales dormir no era lo mejor, ahora sigo soñando contigo, pero no estás, son
solo mensajes que me dicen lo mismo que cuando estoy despierta.
Estoy frente a esta orilla que se
acerca y se aleja igual que tú y me siento triste, cuánto quisiera por fin
saber lo que dice tu mirada y que te dieras cuenta tú de lo que la mía te
ha querido decir, desde hace ya tanto tiempo.
(Colaboración
de MiCa - gaviota.blogspot.com)
No hay comentarios:
Publicar un comentario