martes, 8 de octubre de 2013

Te lo he de decir




¿La locura?
La Folie
Loco.
Si, ¡qué loco!
Era el nombre, era el hombre, era el lugar, su hogar. Fachada de casa antigua, decoración de época en las sillas del décimo quinto de los luchos, del que no luchó, del que durmió sus laureles en esta carta que invita al sueño, como cojín de sofá antiguo, con una invitación al pecado, al pescado a la menier, y a la menier casi nos fuimos.
Lleve usted su iced tea, té helado, su pecera sin pez, con rodaja de naranja y miel. Lleve usted casero su chicken ciabatta, pan con pollo deshilachado de la carretilla afuera del cole, con mayonesa en los tiempos del cólera, porque de amor no sólo vive el hombre.
Locura de verano, canción del verano, la maldita canción sonando sin cesar, con César, con chantilly en sus buñuelos. Te lo he de decir, hoy no, quizás mañana pero lo diré, porque más vale tarde que nunca, aunque tarde ya para qué y hoy, al amanecer, con esta locura, vuelvo a verte, a comer lo mismo de siempre, a beber algo nuevo, a saberte, a sorberte, a sorber té, iced tea, té helado en una tarde fría.
Rumor, rouge, labial, marca en la servilleta, carmín, así comienza la vida, así termina el día sin decirlo, sin verte, te lo he de decir pero hoy no, hoy no fue el día, no lo es, ni lo será, hoy sólo es eso, una locura en un lugar que no existió, de un momento que no sucedió, de una palabra que no se pronunció porque de amor no sólo vive el hombre.

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